Un fenómeno del niño versión 2017

 

El calentamiento global no se ha presentado como un caso aislado como fenómeno, sino es una realidad que afecta a todos los continentes, aunque en cada uno se han presentado valores y circunstancias completamente diferente, por lo que por ejemplo en las mediciones individuales se pueden encontrar impactos completamente variadas entre las latitudes del mundo, por supuesto la situación que se vive en los polos son completamente extremas, casi se podría hacer un tratado completamente diferente sobre el tema.

Si bien la temperatura ha tenido mayor impacto en la tierra, la situación con los océanos no deja de ser preocupante, sobre todo porque el incremento ha puesto a muchas especias en una delicada situación como por ejemplo la alarma declarada por algunos organismos especializados en conservación ambiental, los cuales han declarado que hay algunos ecosistemas que están en grave peligro de destrucción como la Gran Barrera de Coral de Australia, además se estima que se puede llegar a vivir un proceso de blanqueamiento y alta mortalidad en esos hábitats estratégicos.

El impacto que podría tener un nuevo fenómeno del niño puede ser realmente nefasto, tomando en cuenta que en muchos lugares las economías agrícolas y ganaderas no se terminan de acomodar a la reducción de su producción  por lo problemas climatológicos vividos en los años anteriores, por lo que nuevamente se dejaría a la humanidad a puertas de una crisis global de dimensiones infinitas, teniendo en cuenta que en muchas regiones en donde hay posibilidades de colapsar seriamente ante un nuevo Niño, son quienes producen la materia prima para la muchos alimentos que se consumen en mercados más evolucionados como el europeo o norteamericano.

Ahora el punto será como una maratón pero de la economía individual de las personas, de los países, la reserva de alimentos, los planes de contención para mantener el abastecimiento de agua, las posibilidades que se pueden llegar a desarrollar para cuidar los animales y así una serie de elementos que tienen que ser previstos antes de la que lleguen las crisis por el fenómeno del niño, solo en esa medida se podrá disminuir el impacto, ya que mientras la población tenga agua y alimento, el impacto en la salud pública y en lo social será mucho menor.

El mayor de los problemas tendrá que ver con la duración del fenómeno, hay sequías como las que se viven en África que han durado demasiado tiempo, incluso también se vivió un proceso muy similar en Bolivia y en Guatemala en donde la situación llego a instancias de catástrofe por las pérdidas humanas y en las cosechas, además de los animales que se perdieron en la actividad ganadera, incluso en el país sudamericano llegaron a vivir racionamientos de agua en la capital, algo caótico, sobre todo por el bajo nivel de las represas.

Esta situación duró lo suficiente como para dejar una marca muy profunda en la economía y en los pobladores, algo que todavía no han conseguido normalizar del todo, por lo que si nuevamente se llegara a enfrentar un fenómeno del niño con la misma intensidad que lo que sucedió a finales del año pasado, podría llegar a ser muy complejo de sortear sobre todo en los países que tienen muy reciente la crisis anterior. La condición extrema del clima seguirá intensificándose con el pasar de los años, por lo que los valores de temperatura podrán ser incluso mayores a lo que hasta el momento se ha vivido.

La predicción todavía es muy imprecisa con respecto al fenómeno del niño, pero desde la OMM actualizaron que hay entre un 50 o un 60% de probabilidades de terminar el 2017 viviendo un episodio de estas características, pero solo hasta dentro de algunos meses se podrá incrementar el nivel de confiabilidad de esta información, aunque desde ya este porcentaje flotando en el ambiente deja cierta sensación de alarma para muchas actividades económicas.

Desde la OMM han declarado que: “Los recuerdos están todavía frescos de lo poderoso que fue El Niño 2015/16, que estuvo asociado con sequías, inundaciones, blanqueamiento de coral en diferentes partes del globo, lo que en combinación con el cambio climático llevó a un récord de temperatura en 2015 y 2016”.

Ahora tendremos que esperar a que este más próxima la fecha, lo que está claro es que no hay probabilidades de vivir el fenómeno de la niña, pero el niño parece estar al voltear la esquina.

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