Cada vez más desplazados por la sequía en Somalia

 

Somalia es junto con Etiopía en donde más ha afectado la sequía, viviendo un fenómeno de crisis que consume lentamente a su población de manera devastadora, cada vez es más fuerte para ellos sobrevivir, por lo que no les queda otra solución que dejar lo poco que tiene atrás, buscando al auxilio que pueden llegar a recibir en los campamentos para refugiados de guerra, aunque a veces son rechazados, ya que el derecho internacional no contempla la figura de refugiado por condiciones climáticas, pero muchas veces son recibidos igual, ya que se mezclan con las víctimas de los conflictos bélicos.

Los desplazados tienen un rumbo fijo: Kenia, en donde se han instalado campamentos pensados para los sobrevivientes de las guerras. En la actualidad se calcula que más de 536.000 personas se han dirigido hacia ese rumbo, cruzando la frontera y caminando por días por el desierto, en muchos casos mueren en el camino ya que las condiciones son realmente precarias.

La situación es cada vez más crítica, las personas tienen cada vez menos posibilidades de mantenerse en sus casas, principalmente la población que vive de la agricultura que en este tipo de países siempre tiende a ser un porcentaje mayoritario, por eso se calcula que del total de desplazados han emigrado un 50% durante el mes de marzo. La situación no parece tener una rápida solución y por el momento el tipo de solución solo tiene que ver con asistir a las víctimas, ya que se estima que todavía tendrán que resistir algunos meses para volver a recibir la lluvia.

La cifra de desplazados según la ONU comenzó en noviembre 2016, cuando comenzaron a emigrar familias que veían perdidos sus animales y sus cultivos, muchos salieron antes de perder la vida entre el hambre y la sed, la desnutrición infantil ha llegado a valores históricos, teniendo como principal dificultad la prolongación del periodo de ausencia de precipitaciones, desde ese momento hasta hoy se han desplazado 536.000 personas, temiendo que el número se incremente con el pasar de las semanas.

Desde la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de la ONU han informado de los movimientos poblacionales, pero también han indicado que para julio la situación puede comenzar a revertirse, por lo que intentarán redoblar las ayudas para la población que aún no se ha desplazado, teniendo como objetivo evitar un peligroso colapso en los campamentos, dado el hacinamiento de las familias y una posible escases de alimentos o de agua, lo que podría ocasionar una estampida que termine con la vida de muchos de los seres que buscaron refugio para salvarse.

Las cifras informadas son realmente alarmantes, en Baidoa se calcula que solo en marzo 70.000 somalíes llegaron hasta ese campamento, mientras que en Mogadiscio la cifra fue de 72.000, todos llegaron con una gran urgencia principalmente buscando agua y comida, pero también muchos llegaron con crisis de salud, por lo que tuvieron que ser atendidos de emergencia por los médicos del lugar.

Para la ONU la situación es muy alarmante, en un informe publicado en algunos medios de comunicación señalan que: «La situación humanitaria sigue deteriorándose a un ritmo alarmante, con desplazamientos masivos y propagación de enfermedades, lo que causa un extenso sufrimiento humano y muertos».

Los desplazamientos de somalíes son cada vez más críticos, se ha informado que también han llegado hasta el norte de Kenia, en el campamento que se conoce como Dadaab, algo que ha sido confirmado por Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur).

El problema es que esta población no tiene muchas perspectivas a futuro, tomando en cuenta que el clima no tiene una perspectiva favorable, no hay que olvidar que este tipo de circunstancias no son regionales, bien pueden consolidarse como parte de las consecuencias que se están viviendo en el mundo entero por el calentamiento global, además que en este contexto de África se evidencia mucho más la crisis dada las condiciones precarias en las que viven la población de estos países, pero no hay que olvidar que en Europa hay cosechas pérdidas por fenómenos similares, solo que no se siente la miseria y la angustia igual dada las exponenciales diferencias de calidad de vida entre los habitantes de cada uno de estos continentes.

 

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