Consumo de pescado se tornaría insalubre por calentamiento global

 

El calentamiento global es uno de los temas que más preocupan a científicos del mundo entero, se podría llegar a afirmar que es uno de los temas sobre lo que más se investiga en las principales universidades y centros académicos del mundo, por lo que con mucha frecuencia aparecen hallazgos cada vez más alarmantes con respecto a las consecuencias en el tiempo del incremento de las temperaturas en los diferentes ecosistemas, así como también en las costumbres de los seres humanos, como por ejemplo la reciente publicación que señala que se podría terminar la posibilidad de consumir pescado dado los altos niveles de mercurio.

En Suecia algunos científicos han proyectado que podría pasar en los océanos con los peces y que consecuencias tendría el incremento de las temperaturas de manera considerable, por supuesto además de la extinción de cientos de especies que no podrían mutar a las nuevas condiciones, pero ahora estos investigadores han señalado que es factible que de mantenerse las condiciones de calentamiento los niveles de consumo aumentarían al punto que se convirtiera en el consumo de este alimento en algo completamente nocivo para la salud e incluso mortal.

Ya en muchos rincones se han encontrado niveles de mercurio elevados, algunas pesqueras han perdido la producción de atún entre otros hallazgos que de llegar al mercado habrían traído consecuencias nefastas para los consumidores, incluso cada vez se puede leer la advertencia que la ingesta constante de pescado puede ser perjudicial para la salud dada la alta concentración actual de mercurio, pero este escenario no será estático, sino que por el contrario se irá incrementando hasta llegar a niveles no potenciales como sucede hoy en día, sino que los investigadores afirman que se llegará a niveles completamente venenosos.

Cómo todo en la ciencia hay una explicación que alarma, esta tiene como origen el incremento de las lluvias y el incremento de las aguas provenientes del derretimiento de la nieve aumentando así la materia orgánica en la mayoría de los sistemas acuáticos, alterando de esta manera la cadena alimenticia, añadiendo un nivel más de organismo más complejos, producto de la mutación de las especies, generando que en estos procesos los niveles de mercurio se incrementen por su mayor concentración en la cadena trófica.

El incremento en la concentración de mercurio y su acumulación en los organismos por encima de los niveles saludables es hoy en día una preocupación constante de la Organización Mundial de la Salud, institución que indica que este metal es considerado altamente tóxico, por lo que está dentro de las 10 amenazas más preocupantes para la salud pública, ocasionando su ingesta daños irreversibles dentro del sistema nervioso, así como también todo tipo de parálisis y discapacidades mentales para los más chicos.

Los científicos señalan que los peces acumularían de manera considerable los niveles de metilmercurio, una composición mucho más contaminante y perjudicial para los seres vivos, la cual provienen de una reacción química frecuente en el contacto del metal con las bacterias tanto en el agua como en la tierra o en las plantas.

El incremento de los niveles de mercurio data de la Revolución Industrial, ese periodo que muchos lo celebran como la edad dorada de la modernidad, pero que en todos los estudios señalan como el inicio notable de la decadencia de los ecosistemas e incluso hay estudios que señalan que el calentamiento global tiene su origen claro en esa época de la humanidad, por lo que ahora también se encuentra que el uso de los combustibles fósiles en las producciones de las industria y en la cotidianidad de las personas también han ocasionado que los ecosistemas concentren entre 200% y 500 % más de este metal de lo que el promedio histórico indica que se acumulaba.

Para el análisis dentro del laboratorio los investigadores suecos recrearon las condiciones actuales del Mar de Botnia, ubicado entra la costa occidental de ese país y la costa oriental de Finlandia, tratando de esta manera recrear un ecosistema real, con sus condiciones actuales para que se pudiera sobre los valores encontrados proyectar acorde al incremento de las temperaturas que han proyectado en otros estudios, tratando de esta manera de ser lo más precisos, aunque se espera que el estudio pueda llegar a ampliarse para evaluar las consecuencias en otros hábitats.

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