Un apoyo sin precedentes al Acuerdo de París

 

La preocupación mundial con respecto al cambio climático es cada vez más evidente, no hace mucho las políticas ambientales estaban olvidadas o desplazadas por otras prioridades dentro de las agendas de los gobiernos del mundo, pero los estudios científicos al respeto, las catástrofes naturales que cada vez se hacen más frecuentes en el mundo han despertado un nivel de consciencia cada vez más superior en todos los rincones del mundo.

Dentro de los protocolos políticos por más urgente de una medida como la del Acuerdo de París debe estar supeditada a debates y puntos de acuerdo dentro de las potencias mundiales, por lo que para poder llegar a este momento histórico se tuvo que conseguir que más de 55 naciones firmaran y ratificaran la intensión de aplicar estas políticas ambientales en sus países, afortunadamente el plazo para ratificarlo se firmó por 95 naciones independientes y la Unión Europea, por lo que a partir de la fecha entra en vigor este ambicioso plan.

Principalmente el Acuerdo de París se centra en medidas específicas y drásticas para la reducción de las emisiones de “gases de efecto invernadero a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas a efectos del Calentamiento Global” entrando en vigor a partir del 2020 ya que hasta esa lejana fecha se termina la vigencia del Protocolo de Kyoto.

Dentro de las particularidades del Acuerdo de Paris es que establece condiciones específicas para las naciones, así como también obliga a mantener un promedio de temperatura anual con un mínimo margen de incremento de 2 grados, pero para poder llegar hasta este punto se tuvo que convencer a más de 55 naciones que se concientizarán y comprometieran a reducir el calentamiento global, logrando que en esta ocasión firmaran Estados Unidos y China, quienes son los mayores contaminantes del mundo con cerca de un 40% del total de las emisiones.

En declaraciones dadas a los principales medios de comunicación del mundo el jefe de la conferencia de París, Laurent Fabius expresó: “este ambicioso y balanceado plan es un punto decisivo histórico en el objetivo principal de reducir al máximo el calentamiento global”.

Este importante acuerdo genera que todas las naciones se comprometan a implementar planes internos para conseguir un mismo objetivo, algo que desde la Organización  Meteorológica Mundial (OMM) celebraron el apoyo incondicional recibido por todos los países y principalmente de las más contaminantes.

Muchas voces en el mundo se manifestaron a favor de este importante acuerdo, ya que desde celebridades del mundo hasta ambientalistas, académicos e investigadores han trabajado de manera incansable con el fin de poder evidenciar los flagelos que sufren todos los ecosistemas del mundo con el calentamiento global, cómo por ejemplo las principales paredes coralinas están muriendo por el incremento de las temperaturas en el agua, solo por poner uno de los cientos de ejemplos que cada vez son más evidentes en todas las latitudes del mundo.

Dentro de las declaraciones más alarmantes que se pronunciaron al respecto, se destacó la de una portavoz de la OMM quien declaró que no existe un plan B para nuestro planeta, solo tenemos el Acuerdo de Paris y la obligación de los países firmantes en su entrada en vigor para poder revertir la condena a muerte a la que hemos condenado a nuestro planeta.

Las reuniones entre los diferentes países del mundo para seguir trabajando en la manera de implementar los Acuerdos de París serán cada vez más frecuentes y serán contrastadas con los estudios científicos que se implementarán para poder evidenciar los efectos positivos que se puedan llegar a obtener cuando en el mundo se implementen los protocolos de este importante tratado.

Esperemos que no haya sido demasiado tarde, que la conciencia mundial no se haya manifestado como un mero soplo de oxigeno de cuando la asfixia se hace cada vez más evidente, sino que por el contrario estemos a tiempo de poder revertir lo que desde la Revolución Industrial se ha sembrado constantemente, generando un infinito desarrollo, pero completamente irresponsable ante las consecuencias que sufriría el medio ambiente, cuando todas las chimeneas de las fábricas se encendieran y los automóviles cada vez más contaminantes pero potentes poblaran las autopistas del mundo, para dejar una atmosfera cargada de gases con ese terrible pero evidente efecto invernadero.

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